Patty Bonet: visibilidad, inclusión y diversidad más allá de los estereotipos

Patty Bonet: visibilidad, inclusión y diversidad más allá de los estereotipos

Patty Bonet es mucho más que una actriz, presentadora y modelo. Es una mujer que ha hecho de su voz y de su presencia un altavoz para visibilizar realidades poco representadas. Su historia y su activismo son un ejemplo de cómo se puede transformar una experiencia personal en un compromiso social que genera cambios.

El albinismo es parte fundamental de su identidad. Una condición genética que, en España, se incluye dentro de las enfermedades raras debido a su baja frecuencia: una persona entre 17.000. Aunque la mayoría de la gente conoce el albinismo por la falta de pigmentación o la sensibilidad a la luz, lo que muchas veces pasa desapercibido es la discapacidad visual asociada a esta condición. Como ella misma afirma, “sin ciencia no hay futuro”, una reivindicación necesaria para fomentar la investigación que permita mejorar la calidad de vida de quienes conviven con esta realidad.

En su caso, ver borroso, con poco contraste, sin profundidad de campo ni percepción tridimensional, convierte situaciones cotidianas en auténticos desafíos. “En una plaza con tres escalones del mismo color y no señalizados supone un peligro para mí”, explica. Además, señala que el albinismo tiene varios tipos clasificados por las siglas OCA, y destaca que fue la primera persona diagnosticada con el tipo 4.

Lejos de victimizaciones, Patty asegura que su día a día transcurre con naturalidad, que ha aprendido a convivir con las dificultades y que, afortunadamente, siempre hay personas dispuestas a ayudar si surge alguna complicación.

Su incursión en el mundo de la moda inclusiva, como su participación en Madrid Joya, fue una experiencia que recuerda con cariño, especialmente por la conexión que generó con Lourdes, la diseñadora con la que desfiló. “Me apunto a un bombardeo”, bromea Patty. Más allá de esa vivencia, también lanza una reflexión: sería ideal que en este tipo de eventos participaran tanto personas con discapacidad como sin ella, como una forma natural de normalizar la diversidad.

En televisión, Patty ha roto barreras como presentadora del sorteo de la ONCE. “Para mí ya tocaba”, afirma con una sonrisa, recordando que en diciembre se cumplirán tres años desde que asumió ese papel. Destaca el compromiso genuino de la organización con la inclusión, remarcando que su compañera Laura, por ejemplo, no tiene discapacidad. Para Patty, el siguiente paso sería que algún programa de televisión incluyera colaboradores o presentadores con discapacidad de forma habitual. Esa sería, según sus palabras, una verdadera apuesta por la diversidad.

Agradecida con la ONCE por la oportunidad, Patty no olvida sus orígenes y reivindica también su faceta como actriz: “Les pedí poder compaginar mis trabajos como actriz porque es lo que me hace feliz”. Además, no olvida reconocer el trabajo del equipo que hay detrás de las cámaras, quienes con esfuerzo y dedicación hacen posible lo que se ve en pantalla. “Tenemos la suerte de que muchos compañeros se han convertido en amigos”.

Otro espacio que marcó positivamente a Patty fue su participación en “La Revuelta”, donde encontró un entorno respetuoso y comprometido con la inclusión. “Estoy muy agradecida a La Revuelta también, en enero fui como público y me dieron la oportunidad y el espacio de reivindicación que encima lo hacen desde la normalización más absoluta”, comenta. El acompañamiento de personas como David, atento a sus necesidades, fue clave para sentirse segura en ese entorno. Allí también sintió que por fin valoraban su trabajo como actriz, sin limitarse a su discapacidad: “Los actores con discapacidad estamos aquí y podemos interpretar cualquier papel”.

En el ámbito de la moda, Patty establece paralelismos con su activismo en el cine. Critica que sigamos viendo los mismos cuerpos, los mismos perfiles, tanto en pantallas como en pasarelas, lo que genera frustración e insatisfacción en un público que necesita representaciones reales y diversas. “Yo creo que el público está deseando ver toda esa diversidad, también como consumidores que forman parte de la economía”, sentencia.

Aunque no sigue especialmente el mundo de la moda, sí destaca el trabajo de Lourdes, la diseñadora con la que tuvo la oportunidad de desfilar, como un ejemplo de compromiso con la inclusión.

Y para quienes apuestan por una moda más inclusiva, su consejo es claro: hay que contactar con marcas comprometidas, aquellas que realmente den visibilidad a la diversidad. Porque más allá de que esté de moda, la verdadera importancia radica en visibilizar y normalizar todos los cuerpos.

Con una trayectoria marcada por el talento y el compromiso, Patty Bonet sigue demostrando que la diversidad no es una etiqueta, sino una realidad que debe estar presente en todos los ámbitos de la sociedad.