NUPCOM: Una carta de amor a la creatividad que resiste

En un presente donde el contenido se consume al ritmo de los dedos sobre una pantalla, donde las historias duran 24 horas y el algoritmo dicta el ritmo de la atención, aún hay quienes eligen contar las cosas de otra manera. Más lenta. Más visceral. Más honesta. Y es ahí, justo en ese espacio donde aún se respira sensibilidad, donde nace y crece NUPCOM, una revista independiente con alma gallega y corazón abierto al mundo.
Fundada por Pablo Núñez en A Coruña hace cuatro años, NUPCOM no nació de una estrategia de negocio ni de una tendencia en auge. Nació de una necesidad profunda: la de reunir toda su creatividad, su sensibilidad y su mirada del mundo en un único lugar. Un proyecto que comenzó como un Trabajo de Fin de Grado en publicidad y comunicación, pero que pronto se convirtió en algo mucho más íntimo, más crudo y real. Porque en ese momento, la vida le pedía algo más que cumplir un requisito académico; le pedía expresarse, entenderse, proyectarse.
Pablo habla de NUPCOM como un refugio emocional. Lo fue en sus inicios y lo sigue siendo hoy, aunque convertido en un medio con fuerza, identidad y comunidad propia. Tras mudarse a Barcelona por trabajo, en medio de una ciudad vibrante y llena de estímulos, la revista encontró nuevas formas de crecer. Las conversaciones con otros creativos, los eventos, las calles, los cafés, los silencios y el arte de la ciudad condal fueron construyendo lo que NUPCOM es hoy: una revista que respira autenticidad desde la raíz.
De lo personal a lo colectivo
El nombre “NUPCOM” viene de Núñez y de Pablo, sí, pero también de comunicación. No es una casualidad. Comunicar, para Pablo, es mucho más que informar o entretener: es conectar. Y eso se nota en cada detalle de la revista. Desde las portadas hasta los shootings, desde el scouting hasta los textos, todo pasa por su sensibilidad. “Al menos por ahora, lo hago todo yo”, explica, y esa afirmación no suena a queja, sino a compromiso. Cada número de NUPCOM es una pieza única, tejida con tiempo, atención y una enorme carga emocional.
Y aunque la estética de la revista tiene una base clara —editorial, detallada, cuidada—, lo que la distingue es precisamente su capacidad para mutar con su creador. Porque NUPCOM cambia cuando Pablo cambia. Las portadas que nacían entre paseos por Barcelona ahora se tiñen del verde de Galicia, de la melancolía de Vigo, de la calma creativa de Oporto. La revista se adapta a los paisajes, pero sobre todo a los estados internos. No se trata solo de moda, sino de vivencias transformadas en imagen.
Una editorial con identidad y propósito
En un panorama editorial donde muchas publicaciones luchan por mantenerse relevantes entre los reels y las historias, NUPCOM apuesta por un camino distinto: el de la permanencia emocional. Cada editorial tiene un punto de partida claro —una sensación, una idea, una conversación— y se materializa en imágenes que dicen más de lo que aparentan. Pablo crea desde la honestidad, pero también desde la intuición. A veces con amigos como modelos, otras con colaboradores emergentes, y en ocasiones con figuras más reconocidas, pero siempre con el mismo criterio: que haya verdad.
"Algunas de las mejores portadas han sido con personas desconocidas, pero con una energía única", cuenta. Y eso es quizás uno de los valores más potentes de NUPCOM: su capacidad de mirar más allá del hype, más allá del número de seguidores, y encontrar lo esencial en lo humano. Una belleza que no busca agradar, sino expresar.
Territorio y sensibilidad
NUPCOM es una revista nómada, sí, pero con raíces profundas. A Coruña y Vigo son el origen. Barcelona le dio sentido y proyección. Madrid fue la expansión, el contacto con el núcleo duro del sector. Y ahora, Oporto aparece como un refugio artístico que podría completar su identidad. No es una cuestión de mapas, sino de energía. Cada ciudad ha dejado una huella en la estética y en la narrativa visual de la revista. Y en el centro de todo, Pablo, observando, absorbiendo, reinterpretando el mundo desde su lente creativa.
Más que una revista
Consciente de los retos que enfrenta lo editorial en un mundo donde lo inmediato domina, NUPCOM apuesta por la profundidad. Por eso, además de la revista, Pablo ha comenzado un programa de entrevistas a creativos, modelos, artistas y generadores de contenido. Una nueva forma de visibilizar a quienes están creando desde la sinceridad, y también de inspirar a quienes están empezando. “Queremos aportar algo más que entretenimiento: queremos hacer sentir, motivar, generar ideas”.
Porque al final, ese es el motor de todo: hacer sentir. No importa si una persona encuentra la revista por casualidad o la sigue desde el inicio. Lo que importa es que al ver una portada, al leer un artículo o al mirar una editorial, algo se mueva dentro. Algo se active. Algo resuene. “Me gustaría que cada lector sintiera lo que necesita sentir en ese momento. Si eso ocurre, el trabajo de NUPCOM está hecho”.
Persistir, crear, emocionar
Lanzar y sostener un proyecto editorial independiente no es tarea fácil. Y Pablo lo sabe. El mayor reto, dice, fue atreverse a tomárselo en serio. Dar el salto de lo personal a lo profesional. Apostar por su visión cuando las circunstancias no siempre eran favorables. Pero si algo demuestra su camino, es que la constancia silenciosa también tiene poder. Porque, aunque solo publicara una vez al mes, el interés crecía. Las invitaciones llegaban. Las oportunidades aparecían.
Y lo más valioso de todo: la gente no solo veía lo que hacía, veía lo que podía llegar a hacer. Ese reconocimiento —más intuitivo que formal— es el verdadero logro de NUPCOM. Y ahora, como dice él, “me toca darles la razón”.
NUPCOM es, en esencia, creatividad. Pero también es resistencia, emoción, observación y relato. Es la prueba de que todavía hay espacio para quienes crean desde la verdad. Y mientras exista una persona dispuesta a sentir algo frente a una imagen, a una palabra o a una historia, NUPCOM seguirá teniendo sentido.
Y eso, en este mundo de velocidad, no es poca cosa.